Si quieres presentar tu autocandidatura a cualquier empresa es imprescindible que sepas que es una carta de interés y como redactarla con la mayor calidad.
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Cuando se trata de plantear nuestra búsqueda de empleo lo habitual es que recurramos a internet, a los periódicos y a las redes sociales, para buscar en ellas una oferta de empleo que encaje en nuestro perfil. Cuando la encontramos, enviamos a la misma una buena carta de presentación y un curriculum vitae, adaptados al perfil de la oferta, a fin de tomar parte en el proceso de selección. Y si todo va bien, en no demasiado tiempo deberíamos recibir una llamada para una entrevista de trabajo.
Sin embargo, cuando no encontramos ninguna oferta de trabajo adecuada o se nos despierta el interés por trabajar en una empresa determinada que no tiene puestos disponibles es necesario cambiar el proceso. En este caso recurriríamos a una candidatura espontánea, que es equivalente a presentar nuestro perfil profesional a una empresa sin que esto suponga una respuesta a una oferta concreta. Un proceso en el que la carta de presentación clásica se reemplaza por una carta de interés.
El objetivo principal de la carta de interés es introducir nuestra candidatura espontánea y reforzar la primera impresión que ofreceremos a la empresa a la que enviamos nuestro currículum. En ella desarrollaremos los aspectos que más interés despierten en los responsables de RRHH de la empresa objetivo. No obstante, trataremos en más detalle el contenido de esta carta, al hablar de su formato.
Aunque puedan parecer documentos similares, existe una gran diferencia entre una carta de presentación y una carta de interés. La carta de presentación es el documento que se envía a una empresa junto con el curriculum vitae cuando respondemos a una oferta de empleo. Sin embargo, la carta de interés nos sirve para establecer una primera toma de contacto con una empresa sin que tenga que haber una oferta de empleo publicada previamente.
Otro documento con el que se suele confundir la carta de interés es la llamada carta de motivación. Esta se utiliza en entornos educativos para solicitar una plaza en un determinado programa formativo, conseguir una beca o lograr alguna práctica profesional. Sin embargo, estas no se aplican al mundo laboral, donde se utilizan las dos cartas que ya hemos mencionado.
Es necesario iniciar la carta indicando los datos personales del candidato, el número de teléfono y el correo eléctrico, así como los datos de contacto de la empresa a la que nos dirigimos. Si es posible, conviene incluir el nombre de la persona responsable del departamento de recursos humanos, aunque no siempre es fácil saber quién es.
El primer párrafo de la carta debe incluir una pequeña presentación y mostrar los puntos fuertes de nuestro perfil, de cara a demostrar a la empresa que nuestra propuesta puede serle interesante. Algo para lo que conviene hacer nuestros deberes y evaluar que es lo más puede llamar la atención de la compañía a la que nos dirigimos. La idea es dejar al reclutador con ganas de saber más sobre nuestro perfil.
El segundo párrafo de la carta nos sirve para desarrollar los puntos fuertes por los que podemos ser el mejor candidato para una posible oferta de empleo en la empresa. Entre esos puntos se encuentran nuestros años de experiencia laboral, la formación que tengamos, el conocimiento de idiomas como el inglés o bien el dominio de ciertas herramientas informáticas vinculadas a la actividad.
El tercer párrafo nos sirve como cierre de la carta, debiendo incluirse en el mismo una llamada a la acción. Dado que nuestro objetivo final es conseguir una entrevista personal con la empresa, incluir esa disposición en este párrafo es importante, sobre todo considerando que no respondemos a una solicitud de empleo previa.
Dado que la carta de interés es el primer paso para causar una buena impresión ante la empresa es clave que la misma este libre de faltas de ortografía, errores gramaticales y posibles incoherencias. Corrige la misma hasta que estés satisfecho con su contenido.
Los currículums que se envían como candidatura espontánea muchas veces se incluyen en las bases de datos de la empresa, procesándose posteriormente mediante el sistema ATS para buscar candidatos. Si incluimos en el texto de esa carta las palabras clave relacionadas con el puesto, las habilidades y las funciones que podamos desempeñar en la empresa nuestras posibilidades de éxito se incrementan.
Aun cuando la empresa pueda tener una cultura informal en su web o en sus ofertas de empleo es importante que mantengamos un tono profesional en la carta. Algo que se percibe desde el saludo ‘(Estimado/a… )’ hasta el cierre de la misma. También en el trato (sr/sra) y en el resto de elementos de la misma. A la hora de causar una primera impresión es mejor excederse de formal que ser descartado por resultar demasiado cercano.
Tal como pasa con una buena carta de presentación, la extensión de la carta de interés no debería exceder de unos tres cuartos de la página o incluso menos. Dado que la idea es reflejar ante el posible reclutador lo más destacado de nuestro perfil y a que esta carta se envía junto a nuestro curriculum vitae, la empresa dispondrá de toda la información que necesita sin tener que extendernos más.
Dado que la carta de interés solo muestra nuestra voluntad de presentarnos ante una empresa concreta, es obvio que incluir un curriculum vitae actualizado y adaptado al tipo de puesto de trabajo que pueda ofrecer la empresa es fundamental. A fin de cuentas, si no se incluye este documento a la empresa le faltará información sobre tu experiencia laboral o tu formación académica.
El destinatario de la carta dependerá del tamaño de la empresa a la que nos dirigimos. Si hablamos de una compañía grande lo recomendable es encabezarla y enviarla a la dirección de recursos humanos de la misma. Si es pequeña, generalmente el reclutador será el gerente o algún administrativo especializado. En caso de tener dudas sobre a quien enviar tu carta de interés revisa el perfil de la empresa en LinkedIn o su página web, donde es posible que encuentres la respuesta.
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